Una semana mas de aire...
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A puro huevo
Independiente, con más empuje que fútbol, venció con gol de Vera a un River lleno de suplentes y juveniles. A los jugadores del Rojo, antes del partido, sus propias hinchas les habían tirado huevazos. Triunfo clave tras la dura caída en el clásico.
A puro huevo. Así ganó Independiente. Que llegó a la cancha recibiendo los huevos que les tiraron sus propios hinchas, que soportó los silbidos e insultos en los minutos previos al inicio, que vio cómo la gente colgó las banderas al revés en señal de protesta. El Rojo le ganó a River pero también a sus propios fantasmas. Sin sobrarle nada, con muy poquito fútbol y con mucha entrega, la que pedían los ocupantes de las tribunas.
Bajo un clima enrarecido por el malestar de los hinchas, Independiente salió a intentar jugar por abajo, tal es la idea de Milito. Pero le costó darle fluidez al juego. Un poco por mérito de River, que presionó bien en la mitad de la cancha para desarticular la construcción futbolística del local y otro poco por el propio Independiente, que se mostró impreciso, sobre todo con sus dos volantes por adentro (Ortiz y Rodríguez).
River hacía lo más sencillo: pelotazos cruzados y poco toque con mucha verticalidad. Pudo abrir el marcador de pelota parada. En un corner, Montiel ganó en el primer palo y el balón pegó en el poste. Un rato más tarde, el que tuvo una clara fue Larrondo, quien cabeceó un centro desde la izquierda pero la pelota se fue desviada.
Independiente era un manojo de nervios. Buenas intenciones en el juvenil Bustos, importante en su trabajo sobre la banda derecha, correcto Sánchez Miño y casi nada más. La movilidad de la dupla ofensiva, Vera-Denis, no era suficiente para generar espacios. Y sólo llegaba como River: por arriba. Ortiz se lo perdió en una pelota parada y al toque, Denis, en la más clara, cabeceó por arriba un buen centro de Toledo tras una buena patriada del pibe Bustos que no dio una pelota perdida y la rescató del lateral.
En el complemento fue Independiente el que, de a poco, comenzó a dominar el juego. Sin ejercer una supremacía absoluta, el Rojo tenía la pelota e intentaba llegar con peligro al arco defendido por un seguro Batalla. Con el transcurrir de los minutos, ambos técnicos movieron el banco. Milito metió a Meza y a Rigoni por Denis y Sánchez Miño y Gallardo al Pity Martínez y a Driussi, dos habituales titulares. Luego, en el local, ingresó Barco por Ortiz. Y ahí fue cuando llegó el gol. Un centro de Rigoni que Martínez Quaerta la peinó hacia el segundo palo y por allí ingresó Vera para tirarse de palomita y poner el 1 a 0.
River aceleró tras el gol de Independiente y fue en busca del empate. Empezó a llenar de centros el área de Campaña. Pero le faltó claridad para el empate.
El Rojo, a puro huevo, se quedó con tres puntos vitales.